(Publicado en GralsWelt 37/2005)
Desde que la novela histórica de Donna W. Cross "Los Papas" (3) se convirtió en un éxito mundial, ha vuelto a aparecer en la conciencia pública una figura enigmática que ha sido objeto de polémicos debates durante siglos: Papa Juana.
Aunque esta novela es de ficción, las novelas históricas pueden transmitir a veces una imagen más impresionante de los tiempos pasados que la historiografía científica. Un novelista puede permitirse anacronismos (menores), desplazar un poco los lugares y las épocas de sus tramas y condensar así los acontecimientos históricos de manera que el pasado cobre vida para el lector y haga vívido el espíritu de la época y el modo de vida de la gente.
Este reto de la escritura fue mejor esbozado por Mark Twain, que hace decir a Heródoto:
"Son muy pocos los acontecimientos que se producen en el momento oportuno, y el resto no se producen. El historiador concienzudo corregirá tácitamente estas deficiencias". (1, S. 37).
¿Hubo un papa?
Hoy en día, no parece improbable que haya habido una mujer papa, aunque se carezca de pruebas concluyentes a favor o en contra de su existencia; aunque sólo sea porque la Iglesia católica tuvo siglos para eliminar los documentos que le eran inconvenientes. Así, aunque varios autores mencionaron una y otra vez a la papisa, los católicos la desecharon como una abominación, e incluso los protestantes no la tomaron en serio hasta que historiadores ilustrados (por ejemplo, 2, p. 155) volvieron a señalarla y a presentar argumentos a favor de su existencia.
Una crónica de Martinus Polonius (m. 1274), que escribe:
"Después de este León, Johannes Angelicus de Maguncia reinó 2 años, 7 meses y 4 días... Este Johannes era una mujer que... brillaba tanto en varios campos del saber que nadie podía competir con ella". (9).
Según esto, el papa, muy embarazado, murió durante el parto en la Vía Sacra, que fue evitada por los papas durante siglos después de este escándalo. Hoy en día, esta callejuela se llama Via San Giovanni y ya no está condenada al ostracismo.
También se dice que Johann Hus (1370-1415) mencionó al Papa ante el Concilio de Constanza, y los obispos y cardenales presentes no le contradijeron.
La vida de Juana (en el siglo IX) es casi completamente desconocida, por lo que cualquier descripción de su biografía sólo puede basarse en unos pocos datos. En su imaginativo bestseller, Donna W. Cross da vida a una época de la Edad Media en la que el cristianismo llevaba relativamente poco tiempo establecido y el pensamiento pagano aún estaba muy extendido en la clandestinidad. Fue una época de pobreza, luchas, violencia y fanatismo religioso, en la que un imperio dividido ni siquiera podía defenderse de las invasiones de los norteños.
La novela de Donna Cross muestra especialmente la difamación de la mujer impuesta por el cristianismo medieval en el siglo IX. La participación en la vida pública, la educación superior e incluso la alfabetización se negaban incluso a las damas adineradas. Por tanto, una mujer dotada no tenía más remedio que subordinarse como esposa, degenerar como monja en un convento o acceder al conocimiento y la educación disfrazada de hombre. Este último camino, extraordinariamente difícil, fue probablemente tomado por algunas mujeres, y una de ellas puede haber llegado hasta el Papa.
Para los monjes, obligados por un voto de castidad, todo ser femenino era aparentemente una "tentación diabólica", lo que corresponde a la historia bíblica de la Caída del Hombre, en la que, si se interpreta literalmente, se atribuye la culpa principal a Eva.
Podríamos dejar estos tristes hechos como excesos de la "más oscura Edad Media" y olvidar al "Papa Juana" como una insignificante curiosidad de la historia, si no fuera porque la misoginia medieval se sigue sintiendo hoy en día.
Todavía los obispos célibes no quieren aceptar que las mujeres inteligentes sean más aptas para el sacerdocio que los hombres estúpidos, y en la vida profesional, las mujeres capaces siguen teniendo más dificultades para imponerse que los hombres igualmente (o menos) cualificados. Con la creciente lucha por el puesto de trabajo, las mujeres que aspiran a ocupar cargos de responsabilidad son sometidas con no poca frecuencia a diversas formas de acoso, de modo que a veces se tiene la impresión de que el vergonzoso trato al sexo femenino descrito en "La mujer del Papa" no estaba tan lejos en el pasado, y sus secuelas llegan hasta nuestros días.
LITERATURA:
(1) Ceram, C. W.: "Der erste Amerikaner", Rowolt, Reinbeck, 1972.
(2) Corwin, Otto v.: "Pfaffenspiegel", Tornow, Hamburgo, o. J.
(3) Cross, Donna W.: "Die Päpstin", Aufbau Taschenbuch Verlag, Berlín, 2002.
(4) Gössman, Elisabeth: "Mulier Papa, der Skandal eines weiblichen Papstes", judicum Verlag, Munich 1994.
(5) Kruse, Ingeborg: "Das wahre Leben der Päpstin Johanna", Aufbau Taschenbuch Verlag, Berlín, 2002.
(6) Stanford, Peter: "The True Story of Pope Joan", Rütten & Loenig, Berlín, 1999.
(7) http://www.ingelheim.de/museum/papst.shtm.
(8) http://www.net-lexikon.de/Päpstin-Johanna.html.
(9) http://www.loq12at/conspiracy/13_johanna/con_facts2.ihtml
(10) http://de.wikipedia.org/wiki/Ppäpstin_Johanna.